Los móviles se han convertido prácticamente en una extensión de nuestras extremidades. Estos pequeños aparatos los llevamos siempre con nosotros para mantenernos conectados allá donde vayamos. Normalmente, no cambiamos ningún ajuste cuando salimos de casa, pero lo ideal es desactivar el WiFi y usar solo datos en la calle. En este artículo, te contamos los motivos.
Es posible que alguna vez alguien te haya visto con el WiFi encendido fuera de casa y te haya recomendado apagarlo. Pero no suele ser habitual que lo hagamos y hay razones de sobra por las que sí que deberías hacerlo. Sobre todo por motivos de privacidad y seguridad, pero también por la vida útil de la batería del móvil.
El WiFi activado de tu móvil te convierte en presa fácil para ciberdelincuentes
Lo primero que deberíamos hacer al salir de casa con el smartphone en la mano es desconectar el WiFi. La mayoría de usuarios en la actualidad tiene contratada una buena tarifa de telefonía móvil. Por lo tanto, solemos contar con datos suficientes para el uso cotidiano que hacemos de Internet cuando estamos en la calle. No obstante, son muchos los sitios que ofrecen una red WiFi pública.
Cada vez son más los establecimientos que proporcionan conexión a Internet gratuita o con el consumo de sus servicios. A pesar de ello, los expertos en ciberseguridad desaconsejan su utilización en la medida de lo posible. Sobre todo si vamos a iniciar sesión en nuestras redes sociales o cuentas bancarias.
Al tener el WiFi activado, el móvil se puede conectar a alguna de estas redes públicas de manera automática si no tienen contraseñas. Aunque puedan parecer inofensivas, los delincuentes informáticos pueden hackear estas señales WiFi y acceder a la información de los usuarios conectados, según afirman en la empresa de ciberseguridad Kaspersky.
Si un malhechor se interpone entre tu dispositivo y un punto de acceso WiFi público, podrá redirigir tus datos. Desde correos electrónicos y credenciales del banco a nombres de usuario y contraseñas de tus cuentas en Instagram, Amazon y demás. Esta información podrían utilizarla después para suplantar tu identidad o directamente robarte dinero.
Por lo tanto, por motivos de privacidad y seguridad, lo mejor es tener la conexión WiFi apagada cuando vas por la calle. Ni siquiera conscientemente deberías encender la función para conectarte a una cafetería o biblioteca. Siempre que sea posible, recurre a tus datos móviles.
El WiFi activado gasta batería innecesariamente
Cuando estamos conectados a una red WiFi desde el móvil consumimos menos batería que al utilizar datos. Sin embargo, no pasa lo mismo cuando el smartphone no para de buscar una señal a la que conectarse. Si no hay redes disponibles, el dispositivo utilizará la energía para seguir buscando constantemente.
Según un estudio de Longhao Zou, investigador de la Universidad de Dublín y experto en ingeniería electrónica, un móvil con el WiFi activado sin usarse activamente puede gastar hasta un 36% más de batería. Para evitar que el smartphone esté en esa interminable búsqueda de una señal WiFi, lo mejor es apagarla cuando salimos de casa.
Así, nos aseguraremos que la autonomía del dispositivo móvil dure más y alargaremos la vida útil de su batería. Sobre todo cuando pasamos muchas horas fuera de casa y sabemos que no vamos a tener un enchufe para cargar el smartphone hasta que regresemos, esta medida puede salvarte de quedarte sin el aparato tecnológico que más usas en tu día a día.
Hay modelos en los que la diferencia entre tener el WiFi activado o apagado apenas se percibe. Pero a la larga puede ser beneficioso dejar a tu móvil descansar cuando sabes que no existe ninguna red privada y segura disponible a tu alrededor.
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