Es una de las situaciones que pueden llegar a ocurrir en el momento menos oportuno, con el quebradero de cabeza que puede llegar a ocasionarnos. Sin embargo, la realidad es que existen métodos para tratar de minimizar las posibilidades de que nos salte el Interruptor de Control de Potencia. Te lo contamos.
Cuando los plomos saltan, rápidamente tenemos que ir a subir los mismos y, además, apagar alguno de los electrodomésticos o dispositivos que estuvieran conectados a la red. Esta situación suele ser muy habitual, por ejemplo, cuando durante los meses más fríos y más calurosos del año acostumbramos a encender la refrigeración o la calefacción de la vivienda, en función de la estación. Acompañados, además, del resto de electrodomésticos que suelen estar conectados a la corriente: como es el caso del horno mientras cocinamos, por ejemplo.
Conocer con exactitud el número de electrodomésticos, y la categoría de los mismos, que pueden estar conectados de manera simultánea, no es tarea fácil. Puesto que los consumos pueden variar en función de diferentes atributos. Sin embargo, sí que existen métodos para hacernos una idea generalizada sobre este dato.
Calculadora de potencia
El primer paso que debemos recorrer para calcular el número de electrodomésticos que pueden estar conectados al mismo tiempo es conocer cuál es la potencia óptima que deberíamos tener contratada. Para ello, conviene tener en cuenta que la mayoría de las comercializadoras eléctricas disponen de calculadoras online que nos permiten obtener este dato.
En el caso de Iberdrola, por ejemplo, únicamente debemos responder a unas cuantas preguntas sobre nuestra vivienda y los electrodomésticos que tenemos instalados. Lo primero que tenemos que informar es la ciudad en la que se encuentra la vivienda y los metros cuadrados con los que cuenta. Acto seguido, deberemos seleccionar los electrodomésticos que utilizamos y responder a algunas preguntas relacionadas con la calefacción o el aire acondicionado. Una vez hayamos contestado a todo, podremos obtener una recomendación personalizada sobre la potencia que deberemos contratar en función de nuestro uso.
Una vez tenemos este dato, y hayamos adaptado nuestra tarifa al mismo, el siguiente paso es conocer cuántos electrodomésticos podemos abarcar con los kW que tengamos contratados.
La suma de los electrodomésticos
Una vez conocemos cuál es la potencia que debemos tener contratada, el siguiente paso es conocer cuál es el consumo aproximado de cada electrodoméstico. Si nos ayudamos de la información que proporcionan páginas como Fotocasa, accesible en este enlace, tenemos una estimación sobre el consumo general de todos los electrodomésticos. Por ejemplo, un horno eléctrico doméstico tiene una potencia media de 1,5kW por hora. La nevera tiene un consumo, siguiente la misma fuente, de 0,3 kW por hora, que habría que multiplicar por las 24 horas del día.
En algunos casos, como en el horno, es habitual que podamos encontrar alguna pegatina que nos indique el consumo energético. Este dato será mucho más preciso y nos dará un consumo real. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunos dispositivos también pueden mostrar su consumo en W (vatios). Para sacar el kW y homogeneizar la unidad, deberemos dividir el dato entre 1000.
Una vez dicho lo anterior, conviene tener en cuenta los contadores tienen lo que se conoce como tolerancia del contador. Durante un periodo limitado, podemos consumir más potencia de la contratada. Aunque, eso sí, de manera puntual. Además, conviene recordar que muchos electrodomésticos no mantienen el consumo siempre la potencia máxima de manera continuada, sino que se encienden y se apagan. Por lo que los consumos anteriores son, de nuevo, orientativos.
Una vez dicho todo lo anterior, debemos tener en cuenta un segundo factor. Cuando acudimos al cuadro eléctrico, junto al diferencial general aparecen diferentes reguladores que agrupan zonas de nuestra vivienda o, incluso, que están asociados a tipos de dispositivos concretos. Cuando en cada uno de estos circuitos se supera un determinado consumo, el limitador salta. Incluso si no hemos alcanzado la potencia general contratada. La potencia máxima queda representada por la letra A o C, seguido de un número. Para traducir este indicador a vatios, deberemos multiplicar este valor por 230 voltios.
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